En los últimos tiempos hemos visto un “boom” de alimentos llamados orgánicos, lo que demuestra un cambio positivo de mentalidad en las personas que se inclinan por una alimentación más sana y también muestran la desconfianza que existe por la falta de controles en producción de los alimentos convencionales.
¿Qué son los alimentos orgánicos?
Se consideran «orgánicos» aquellos alimentos, en general vegetales y frutas que en ninguna etapa de su producción reciben fertilizantes, herbicidas o pesticidas químicos (relacionados con algunas enfermedades como cáncer y asma), así como tampoco en los suelos donde son cultivados. Esto quiere decir que son alimentos más limpios, seguros que son producidos sin dañar el planeta.
El gran beneficio de los alimentos orgánicos es que están absolutamente libres de residuos químicos. No están permitidos los aditivos y conservantes (salvo los naturales); plaguicidas ni fertilizantes; no tienen residuos de medicamentos veterinarios; ni hormonas; ni metales pesados (presentes en suelos y aguas).
De todas formas hay que entender que no es fácil producir alimentos totalmente libres de pesticidas debido a que estos químicos permanecen en el suelo por años, e incluso las napas pueden contaminarse de suelos próximos a los cultivos.
En pocos lugares del mundo se han determinado regulaciones específicas para el uso del término «orgánico». En la mayoría de los países no hay leyes que regulen el uso de los alimentos orgánicos. Esta ausencia de leyes y reglamentaciones tampoco da al consumidor garantías de que el alimento que se vende como orgánico, realmente lo sea y también está expuesto a que comerciantes inescrupulosos vendan algo que realmente no lo es.
Hoy día no existe una regulación que establezca las características que deben tener los alimentos para ser considerados “100% orgánicos”. En el caso de la leche, para ser considerada orgánica, tiene que provenir de una vaca alimentada 100 % con granos que no hayan sido tratados genéticamente ni fertilizados sus suelos. Así como tampoco deben recibir antibióticos u hormonas dichos animales (se sabe que todas las medicaciones que recibe la vaca pasan a la leche que consumimos los humanos, generando un sinnúmero de enfermedades como alergias, resistencia a ciertos medicamentos y problemas digestivos).
El gobierno federal de EE.UU. está en vías de promulgar una ley que dividirá a los productos orgánicos en cuatro categorías:
«100 % orgánicos»: son aquellos productos sin ingredientes no orgánicos.
«Orgánicos»: para los productos con un 95 % de los ingredientes orgánicos.
«Hechos con productos orgánicos»: para los productos realizados entre un 50 y 95 % con ingredientes orgánicos.
«Productos con menos del 50 %»: de los ingredientes orgánicos, se deberá especificar si cada ingrediente es o no orgánico.
Con respecto a los alimentos convencionales, los alimentos orgánicos no han podido demostrar desde el punto de vista nutricional, tener ventajas sobre: sabor, seguridad o valor nutricional; desde el punto de vista económico su valor es mucho mayor, aproximadamente entre un 20 y un 100 % por lo que lamentablemente son productos extremadamente caros para personas con menos recursos económicos.
Desde el punto de vista legal, un producto orgánico es aquel que está certificado por una autoridad competente. En Argentina, la Cámara de Certificadoras nuclea a las empresas habilitadas por el Estado para tal fin. Y se define como orgánico un sistema de producción diferenciado cuyo resultado es un alimento libre de químicos y sustancias tóxicas reales o potenciales para la salud humana.
En la actualidad en nuestro país se producen todo tipo de alimentos bajo protocolos orgánicos: carnes, huevos, miel, aceitunas, azúcar, yerba mate, té, café, legumbres, frutas, hortalizas, vinos, aceites, lácteos, con toda la variante de derivados y formas de comercialización, es decir, toda la producción agropecuaria y su correspondiente agroindustria.
Ningún alimento debe causar enfermedad. Al producir un alimento orgánico se busca añadir calidad a la sanidad que ya es perfecta. Un alimento orgánico debe presentar características alimenticias óptimas, como son las características organolépticas (sabor, textura y olor) y a su vez que tengan trazabilidad, es decir, poder tener un seguimiento del alimento desde el origen hasta la góndola.
Para obtener la certificación de «Orgánico», cada establecimiento debe seguir y respetar pautas específicas:
• Mantener la biodiversidad: Es decir no alterar el curso de los ríos, la calidad del agua, la composición de las capas de carbono de la tierra, respetar la flora y fauna y el equilibrio ecológico del lugar. La agricultura ecológica, es una garantía de obtención de agua potable en el futuro
• Libre de químicos sintéticos: Como ya dijimos antes, no están permitidos los pesticidas, herbicidas ni los transgénicos; las hormonas y antibióticos.
• Está prohibido el encierro y el maltrato animal.
• Se deben utilizar únicamente fertilizante orgánicos para los vegetales.
• La producción debe ser sustentable: Respetar el equilibrio ecológico y un sistema de producción socialmente justo con un mejor sistema de distribución de la riqueza. La agricultura orgánica respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema. El equilibrio entre la agricultura, la forestación y la rotación de los cultivos, permite preservar los espacios rurales para las futuras generaciones.
Vegetales orgánicos
Son cultivados en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los alimentos biológicos son de mejor calidad por su contenido en vitaminas, minerales, hidratos de carbono y proteínas. Además las plantas crecen sanas y se desarrollan de mejor forma, con su auténtico aroma, color y sabor, lo cual permite redescubrir el verdadero gusto de los alimentos.
En relación a la fertilidad del suelo se debe siempre buscar la conservación de la fertilidad del mismo e, inclusive, mejorar su condición para el futuro.
Entre las ventajas ecológicas que representan los cultivos ecológicos está la preservación de semillas para el futuro, impidiendo la desaparición de algunas variedades de gran valor nutritivo y cultural.
Interesante, ¿no?